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< Junio n°7

¿Cómo te inicias en el trabajo pictórico?

Se podría decir que el interés estuvo desde siempre, por ejemplo en mi adolescencia, todos mis cuadernos sin control se llenaban de dibujos y garabateos, pero llegado el momento de saber qué estudiar, decidí que no quería trabajar, al menos no en el sentido tradicional y esa decisión sumada a mis intereses me llevaron al arte, o sea, a la escuela de arte. Ahora, fue una energía única, en el sentido de que nunca había experimentado algo así, la que sentí cuando pinté mi primera tela y eso fue lo que  confirmó que era eso lo que quería hacer con mi vida.

 

¿Cuáles son los artistas que más te han influenciado?

Picasso, Van Gogh, Philip Guston, Bacon, Basquiat, David Hockney y Marcel Duchamp; entre los chilenos, Dittborn, Dávila, Samy Benmayor y el primer Pablo Domínguez. También The Beatles, The Rolling Stones, Bob Dylan y Charly García.

 

Hoy, ¿con qué tendencias artísticas te sientes identificado?

Más que con una u otra tendencia me siento identificado con artistas que transmitan algo verdadero en su trabajo, que la energía que emane de la obra sea genuina, independientemente del medio que utilicen, del estilo que tengan, o del manifiesto que defiendan.

 

En tu obra hay mucho humor y trabajo con el absurdo, ¿Qué importancia le das a esos dos conceptos?

Me parece que el humor es una herramienta fundamental para la sobrevivencia humana, es lo que nos salva en los momentos más difíciles y generalmente nos acompaña en los más felices y el absurdo está presente en nuestras vidas casi todos los días, y a veces dice mucho del mundo en que vivimos, ahora, no es que me proponga usar estos conceptos en el trabajo, más bien diría que se cuelan por algún lado.

 

¿Se puede leer una interpretación sobre lo identitario y folclórico local en tu obra? Pienso en las intervenciones a láminas de Claudio Gay o en escenas de campesinos frente a una naturaleza caótica y surrealista.

Me interesa mucho Chile y su historia y utilizar ciertas imágenes ayuda a dejar eso en claro, ahora, no me interesa planear una estrategia para la obra, en el sentido de decir: voy a hacer esto para decir tal cosa, prefiero dejar que el instinto y también el azar, estén involucrados en el proceso de tal manera que el resultado sea de alguna manera sorprendente, por lo menos para mí.

 

¿Crees que el arte o el artista cumplen una misión en lo social? ¿Cómo te ves tú ahí?

Supongo que sí, aunque la manera en que lo hace varía de artista en artista, hay algunos que sólo buscan entretener, por ejemplo y otros dejar un mensaje, o crear algún tipo de conciencia social y me parece que ambas opciones son válidas, aunque a veces una simple cancioncilla de amor puede hacer mucho más por alguien que cualquier tipo de arte deliberadamente político, como dicen, “nadie sabe para quién trabaja”. Por mi parte, no tengo mi función muy clara, pero parece que soy algo así como el bufón de la corte, en todo caso me conformo con ser un humilde eslabón en la gran cadena de la historia del arte.

 

¿Cómo te relacionas con otras formas de arte como la literatura y la música?

La música creo, es la gran compañera de la pintura, que es una actividad bastante solitaria. Toco música desde hace varios años, al principio casi como una broma, destinada a pasar el tiempo con los amigos y a proveerme de una banda Sonora original para el trabajo de taller. Con el tiempo esta broma se fue poniendo cada vez más seria, y eventualmente “aprendí” a tocar. No me considero realmente un músico, pero he escrito algunas canciones, me he presentado en vivo muchas veces con diferentes agrupaciones e incluso he editado un par de LPs, algo pueden escuchar aquí. En cuanto a la literatura, me gusta mucho leer y me considero un escritor frustrado, que nunca ha podido ganarle a la página en blanco, en todo caso no pierdo la esperanza y desde hace un tiempo estoy siguiendo un diario, que me han dicho es lo primero que hay que hacer si se quiere escribir.

 

¿Qué obra ajena a la pintura ha influenciado  tu trabajo?

Las influencias son bastante variadas y la muchas son ajenas a la pintura, aunque tengan alguna relación, pienso en Tom & Jerry, por ejemplo, los fondos de esos monos son una gran influencia y están metidos en mi cabeza desde la infancia. O la música, de la que ya te he hablado antes, o la poesía, que también puede ser una gran influencia. A veces el estado mental que produce un poema puede ser el mapa de una pintura.

 

¿Qué libro te encuentras leyendo hoy?

Tengo en el taller VIDA, autobiografía de Keith Richards, un documento muy entretenido acerca de una existencia extraordinaria, y en el metro o la micro estoy leyendo “El País de Nieve”, de Kawabata.

 

¿Cómo ves el panorama artístico cultural actual?

Pienso que hay demasiados artistas, lo que por un lado es bueno porque es estimulante ver cosas nuevas todo el tiempo, ahora, lo malo es que la competencia es feroz y la contienda, desigual.

 

¿Cuándo es y de qué trata más menos tu próxima muestra?

Me encantaría saber dónde será mi próxima expo, pero aún no es claro. Lo que sí puedo adelantar es el título tentativo, que sería “el pintor burgués”, el título es una auto-respuesta a mi última muestra, que fue en enero de este año en Galería Die Ecke y que se llamo “el pintor bohemio”, y supongo que se tratará del Viejo juego de siempre, ese de tratar de ganar a la hora de enfrentarse a una superficie, como un tenista se enfrenta a su adversario.

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Entrevista a Diego Hernández

Pintura (Santiago).