Nelly Richard: Diálogos latinoamericanos en las fronteras del arte. Por Aldo Perán

Nelly Richard: Diálogos latinoamericanos en las fronteras del arte.
Ediciones Universidad Diego Portales, 2014

214 pp. $15.000

Por Aldo Perán G.

Nelly Richard ha pensado el arte, la política y la cultura chilena desde una posición crítica e interdisciplinaria por más de cuarenta años. Desde ese entonces, el ensayo ha sido el género por el cual se ha distinguido en tanto escritora y pensadora de lo actual. Sin embargo, aquel sello característico que la ha posicionado ha dado paulatinamente un giro durante los últimos años, dando paso al género de la conversación. Si en Crítica y política fue entrevistada para ahondar en el balance de su trabajo como crítica cultural, abordando por medio de la oralidad el transcurso de su registro intelectual como pensadora contemporánea de la crítica, el arte, el feminismo y la política posdictatorial, en su último libro, utiliza nuevamente el registro de la conversación para sostener interlocuciones de carácter continental sobre las fronteras disciplinarias que cruzan el arte latinoamericano en la actualidad. Diálogos latinoamericanos en las fronteras del arte es el nuevo libro de Nelly Richard, quien propone de este modo un conjunto de reflexiones que exceden las fronteras de los distintos saberes que caracterizan tanto su trabajo como el de los destacados intelectuales que la acompañan: Leonor Arfuch, Ticio Escobar, Néstor García Canclini y Andrea Giunta.

Esta nueva publicación resulta novedosa al utilizar un registro menos académico para abordar el estado del arte latinoamericano por medio de la confrontación en el habla con pensadores que han transitado simultáneamente por trayectorias similares y que expandieron, a nivel académico, la importancia de los estudios culturales para pensar la situación político-intelectual de latinoamérica, particularmente en universidades norteamericanas a partir de mediados de los noventa y principios de la década anterior. En este sentido, pensar el arte latinoamericano a partir del concepto de frontera, resulta atractivo como eje articulador de proposiciones en torno a entrecruzamientos con, por ejemplo, las relaciones centro/periferia que se asocian al pensar en las políticas de memoria, el estatuto de la imagen y de la fotografía, la relación del Estado con lo popular, la subordinación de lo político al régimen económico neoliberal, el estado del arte y el feminismo en la actualidad, así como el desafío de las instituciones artísticas que amparan propuestas curatoriales latinoamericanas en el extranjero,  entre otras problemáticas. Lo central de este libro es dilucidar cómo es capaz de trabajar el arte bajo esas intersecciones, por medio de modalidades que marcan el dentro y fuera que determina, a su vez, posibilidades de cruces epistémicos y sus variantes o rupturas.

Con una mirada retrospectiva sobre las trayectorias y biografías intelectuales de los destacados exponentes que forman parte de la conversación que dirige Richard, el acierto de este libro radica en realizar un balance teórico y práctico de algunos acontecimientos fundamentales que fueron expuestos en discusiones y publicaciones durante los últimos diez años. En este sentido, la conversación con Leonor Arfuch sobre los modos de representar la condición de la víctima en el Museo de la Memoria (Chile) y el ESMA (Argentina), es uno de los puntos centrales que hacen de este libro un acierto editorial: la reflexión sobre los alcances éticos y estéticos de una reflexión de esta índole, están marcados por el rol que le corresponde al arte en general o al artista en particular, para dar cuenta de lo acontecido. Porque para eso, tal como para pensar en los alcances curatoriales que Ticio Escobar debe sortear a partir del pensamiento sobre las políticas culturales en la época del mercado neoliberal, es necesario abarcar áreas del pensamiento sumamente diversas, estando la reflexión siempre marcada por la “contemporaneidad” de lo puesto en juego. El estado de “lo popular” y la posibilidad de su reconfiguración como forma de innovación útil para pensar una nuevo pensamiento de izquierda(s) en latinoamérica, da cuenta de que la posición ideológica que opera en el libro no está implícita ni se presenta tácticamente. Las estrategias interdisciplinares que son comentadas por estos intelectuales latinoamericanos están determinadas, en tanto condición de realización, por un pensamiento político e ideológico planteado a partir de los marcos teóricos puestos en evidencia abiertamente por la autora de este libro.

El libro está lleno de pasajes que dan cuenta con lucidez del estado actual de las luchas y combates por la hegemonía y contrahegemonía en el arte, la teoría y la política latinoamericana, sin perder de vista las diferencias que se han generado al salir de los contextos posdictatoriales para dar paso a nuevas formas políticas de expresión y representación política en lo que uno de los autores ha denominado “primavera democrática” que vive latinoamérica. Con respeto a esto último, la militancia política a través del arte en el contexto de la crisis del 2001 en argentina, para Andrea Giunta, da cuenta de esa escisión entre la vanguardia que surgió en el contexto de las dictaduras militares durante los setenta y las maneras en que las intervenciones artísticas poscrisis 2001 se produjeron, estas últimas intrínsecamente asociadas a las movilizaciones sociales producidas por la crisis política y económica de inicios de la década anterior y no bajo promesas ideológicas asociadas al sueño revolucionario de mayo del 68, por ejemplo.

Nelly Richard ha defendido en considerables ocasiones el derecho a pensar y a escribir “en difícil”, y si bien puede ser una dificultad la manera en que se explaya para dar cuenta de aquello que le interesa abordar, este libro resulta fundamental para pensar en las biografías intelectuales de una generación de pensadores que ha consolidado una manera de comprender el arte desde puntos de vista que exceden la unidisciplinariedad, siendo capaces de generar debates que sobrepasan los límites de cada saber cerrado en su producción epistémica, permitiendo de esta manera, finalmente, encontrar formas estratégicas de abordar problemáticas en disputa que el arte latinoamericano se ha dispuesto a enfrentar.