Latitudes. Poesía Mexicana actual: Jorge Posada (México, 1980)

 

 

 

Jorge Posada (México, 1980). Autor de los libros La belleza son los aeropuertos vacíos (Liliputienses, España, 2013), Adiós a Croacia (Zindo & Gafuri, Argentina, 2012) y Costa sin mar (UAM, México, 2012). Colabora en las siguientes revistas: Transtierros, Punto en Línea UNAM, Playboy México, VozEd y Registromx. En 2014 publicó los cuadernos de poesía Desglace (Aguadulce, Puerto Rico) y Canciones de la dependencia sexual (Bongobooks, Cuba). Tiene un blog: costasinmar.blogspot.com

 

 

los precios de la carne no aparecen en el poema

no hay rimas sobre el incremento del gas

 

la cocinera con sus manos frágiles

los que duermen en las banquetas

los repartidores de pizza

el gesto ante las vallas de publicidad

la tristeza al tocar los cheques

la subcontratación

la venta de los órganos del hombre por el hombre

no caben

 

aclaran los jurados de las becas

sentencian los creadores nacionales

confirman los artistas en la presentación de sus libros

 

 

el poema

no huele

no se pudre

 

 

en el siglo xxi se coleccionaba parquímetros

eruditos discutieron sobre su historia

 

parquímetros que evocaron a dadá

a los últimos cuadros de lucien freud

 

existieron en las ciudades más antiguas de europa

en la capital de ecuador

los saharíes en el exilio organizaron congresos

para determinar si en el desierto eran posibles

 

deleuze y guattari analizaron la esquizofrenia de los parquímetros

mario montalbetti soñó con parquímetros sumergidos en el atlántico

sadam en un primer momento pensó que la guerra del pérsico no era por el petróleo

si no por el control mundial de los parquímetros

 

hay personas que peregrinaron la mitad de su vida para conocer

el mecanismo de los parquímetros

 

hay científicos obstinados en reproducir el instante en que se crearon

frente a ellos no falta quien asegura que los parquímetros no existen

que son una ilusión

un significante vacío

 

 

entras a la casa que compartimos durante nuestra juventud de saldos y préstamos

tiras al suelo los cristales

escupes

maldices cada parte de mi cuerpo

 

observas mis playeras de días

mis calcetines de semanas

rompes los cuadernos con mis enfermedades

 

para recuperar mi vida pasaron lustros

dormí en solitarias pensiones

vendí los cubiertos que podrían deletrearnos

llené la vitrina con tijeras

empeñé mi voz con tal de saberte en esa calle horrible como ciertas manos

 

recordé el claro día de tus piernas

la sencillez de tu pubis

el gusto de tu espalda por las paredes

el tenue olor de tus axilas

 

ahora sé la cantidad de muertos y desastres que nos separan

reconozco que estuve pegado a ti como un caballo

como un joven que necesita oler la sangre de su primer matrimonio

 

 

cocino

los pedacitos

de garganta

que dejo en el baño

agrego

mi hombro

de esquinas

mi compulsión

de tragarme el sueldo

lo amplio de mi cobardía

una cucharadade éter

una pizca de pimentón

al hervir un puño de orina

lo sirvocon hojas de laurel

 

 

el tiempo

la parte

negra

de nuestro

hocico

un tubo

con lunares

de viejo

la ansiedad

luego de un ataque

de tos

las relaciones

que construimos

como paisajes

de basura