Latitudes. Poesía mexicana actual: Sara Uribe (Querétaro, 1978)

 

 

 

 

 

Sara Uribe: Nació en Querétaro en 1978 y desde 1996 radica en Tamaulipas. Sus últimas publicaciones son Siam (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012), Antígona González (Sur+, 2014) y I never wanted to stop time (Editorial Medio Siglo, 2015), su primer libro en edición bilingüe.

 

 

 

Todas las casas aprendieron a arder

 

Uno: ¿Es posible que yo hubiera? ¿Que yo? ¿Que antes?

Dos: Es posible, sí, que tu nombre.

Uno:

Dos: Es posible que los cuerpos.

Uno:

Dos: Es posible que tu nombre y los cuerpos. Que tú hubieras. Que antes.

Uno: ¿Y las islas? ¿Las conversaciones? ¿La demora?

Dos:

Uno: ¿Las casas que abandonamos? ¿Todos esos patios?

Dos:

Uno: ¿Dejamos luces prendidas? ¿Salimos sin cerrar las puertas?

Dos:

Uno: Pero, ¿fuimos nosotros los que en la huida?

Dos: Es posible, sí, que hayamos sido nosotros. Son posibles todos los patios y todas las puertas y todas las casas que abandonamos con las luces encendidas. La demora y las conversaciones. Las islas no. Ésas son parte de la ficción y del asilo.

Uno: Pero, digamos, ¿hubo alguna vez una isla con tu nombre? ¿Hubo un antes? ¿Hubo un yo?

Dos: Hubo, sí, un nombre y también los cuerpos. Un antes y un nosotros.

Uno: Hubo un yo, entonces. Islas.

Dos: Es posible, sí, también, que yo mintiera y que las islas y el yo y el hubiera.

Uno:

Dos: También es posible que no mintiera y que sólo en el presente, que ninguna prisa, ninguna huida. Que ningún-nada.

Uno:

Dos:

Uno: ¿Es posible que la isla del nosotros?

Dos: Es posible, sí. El periplo y la demora. Sí.

Uno:

Dos:

Uno:

Dos:

Uno:

Dos:

Uno: ¿Pero también es posible que mientas?

Dos: Es posible, sí, el nombre, el yo, las islas.

 

 

Malla ciclón[1]

 

Los incendios

no los destruyen.

 

Los incendios

 

: alambre entretejido

 en forma de rombo

 

: torcido

: helicoidal

 

: delimitación de predios y cercos 

: protección de perímetros

 

no los destruyen

 

: olvídese de poner los horribles vidrios rotos

pegados con cemento en su barda

 

no los destruyen

 

: el vidrio no funciona tan bien

como una fila de estiletes

 

no los destruyen

 

: olvídese de otros sistemas de cielos y muros falsos

: al principio y al final de cada cercado

: en dos hilos y doble púa

: olvídese.

 

Los incendios no los destruyen.

 

 

Homeland

 

Que no es posible la historia de amor entre una oficial de operaciones de la CIA asignada al Centro de Contraterrorismo -que además es bipolar y está rota- y un ex sargento de pelotón de los Marines de Estados Unidos -que además fue prisionero de guerra y es terrorista o ex terrorista o está roto-.

Baste decir: Abu Nazir, Al-Qaeda, seguridad nacional.

Baste decir: el enemigo de Carrie es Carrie, el enemigo de Brody es Brody.

Baste decir: lo quemaremos todo. La palabra héroe. La palabra nadie. La palabra es.

Que no es posible una historia de amor donde hay terapia electroconvulsiva, chalecos antibalas, servicios de vigilancia las veinticuatro horas del día, agentes dobles.

Baste decir Bagdad, Langley, Delta Force.

Que no. Que no es posible. Que no insistan.

 

 

Danesa 33[2]

 

from your lips. cigarrette. strawberry. feels. nothing is real. qué te gusta a ti?

Afrodita

 

 

Como a Burger Boy, tampoco nos llevaron nunca ahí.

Éramos pobres.

 

Entre 1983 y 1984 / en la ciudad sólo existía un supermercado.

 

Recuerdo el edificio con su gran bola azul en lo alto

sus interiores con recubrimiento de azulejo italiano.

 

Escaparates y un techo de lámina

una bola de acrílico azul / el número 33 en amarillo.

 

Cómo extraño Danesa 33.

¿Se acuerdan de los cascos de futbol? 

Yo no recuerdo dónde se instaló. Yo no recuerdo.

 

Nunca tuve la menor duda / iba a desaparecer.

Honestamente no recuerdo qué tan ricos eran.

Honestamente no recuerdo. Qué tan ricos. Honestamente.

Lástima que desaparecieron.

 

Por allá del año 1989.

Un casco de los Bengalíes de Cincinnati.

 

Por ser manos de lumbre / por ser manos de lumbre.

Recuerdo uno que estaba en la rotonda de Leones y Simón Bolívar.

 

Yo sí recuerdo ese edificio / existían también unos arbolitos de Laurel o Benjamín

unos cubos de concreto / un murito de forma trapezoidal / si es que no me equivoco

pero lo recuerdo / recuerdo cuando éste era un edificio abandonado / lleno de basura.

 

Tenía malla ciclón en su perímetro.

Como tantas otras cosas que desaparecieron.

 

 

Bajo tierra[3]

 

 

Hombres en espera y sin interruptores. Montones de tierra sobre montones de tierra. Rocas. Tarde o temprano las rocas. Todo lo que impide ver la luz, ser la luz, desprender las partículas de la luz. Bajo tierra los hombres son otros. No juran: cantan. No ladran: aguardan. Bajo tierra no hay sirenas, despertadores, tiroteos. Bajo tierra. Pecho a tierra. Todos aquí, señor, somos mineros. Hombres que no obturan, que no duran, que no tiemblan. Hombres que irrumpen que detonan que entierran: todos aquí somos montones. Un puñado. Pecho a tierra. Montones y montones de ceniza.

 

PARE. No estamos bien. Aquí no hay refugio. No somos treinta y tres [si falta el aire, imaginen].

 

PARE. Aquí no hay repique de campanas, ministro de minería, plataformas de hormigón. Nada de hijos ilustres. Entienda, señor, aquí todos somos escombro. Los apilados y su gran calma. Los bajosogas. Los bajopuentes. Los bajopúas [si esto se derrumba, imaginen].

 

PARE. Aquí nadie pidió ir de último. Tierra las jaulas. Tierra las plazas. Tierra las noches pecho a tierra [en la oscuridad, estamos aquí adentro].

 

Acaso, sí, las rojas grúas del levante. Hombres flexionados, semiflexionados. Hombres que sobre las rodillas folios, que por nudillos facturas y bajo fuego veredictos.

Aquí montones.

Aquí ninguno.

 

PARE [aquí la mina cruje].

La contorsión de los torsos. La cisura.

Somos nosotros los que estamos bajo tierra.

 

 

 

[1]   Texto producido a partir del ensamblaje de fragmentos de publicidad de empresas dedicadas a  la venta de malla ciclónica y otros productos utilizados para cercar todo tipo de terrenos e inmuebles.

[2] Texto producido a partir del ensamblaje de fragmentos de comentarios en blogs, así como de Yahoo Respuestas, bajo la búsqueda: ¿Alguien sabe qué ocurrió con la cadena de helados Danesa 33?

[3] El derrumbe de la mina San José en Copiapó, Chile, ocurrió el jueves 5 de agosto de 2010, dejó atrapados a 33 mineros a unos 720 metros de profundidad durante 70 días. 2010 fue también uno de los años más violentos en Tamaulipas, México, a causa de la guerra calderonista. Los fragmentos en cursiva son declaraciones de algunos mineros. http://www.elpais.com/especial/33-vidas-bajo-tierra/.