CARLOS FAZ, PRESENTACIÓN

Revista Lecturas tiene el honor de presentar una introducción a la obra de del pintor Carlos Faz, cuya retrospectiva se encuentra actualmente en exhibición en la Sala Matta del Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile. Agradecemos a Plaza Pública por facilitarnos el material e invitamos a nuestros lectores a visitar la muestra, hasta el 5 de enero de 2014.

Carlos Faz nace el 23 de marzo de 1931 en Viña del Mar. Sus inicios (1948 - 1949) estuvieron marcados por una fuerte influencia francesa, en donde su obra sigue la línea de los post-impresionistas Georges Rouault, Henri Matisse y Joan Miró.
A partir de 1949, comienza a frecuentar círculos intelectuales en Santiago y en particular las tertulias organizadas por el periodista Santiago del Campo. Durante este periodo (1949- 1952), su trabajo es influenciado por la pintura cubista y flamenca, alejándose del arte abstracto e inicia un nuevo camino creativo. La conquista de las formas y la representación de escenas extraídas de la contemplación de la realidad cotidiana, se expresan en orquestas y multitudes que, transformadas en figuras literarias, se instalan en sus telas, mezcladas aún con los últimos vestigios abstractos de su obra.
En septiembre de 1952, Carlos Faz llega a Nueva York a estudiar cursos de grabado en la Universidad de Columbia gracias a la beca que le otorga la Fundación Henry L. and Grace Doherty. Luego de un par de meses en la Universidad de Columbia, abandona las clases e ingresa al Atelier 17 de William Hayter. En Nueva York Carlos Faz se sorprende de los avances de su obra. Llegando a pintar una obra diaria, una nueva comprensión de la forma, la luz y composición revelan su capacidad creadora.
Su reflexión estética no se limita sólo a las características técnicas de su trabajo, sino que hacen referencia a un compromiso ideológico, que busca que su interpretación ética y política de la sociedad, encuentre un lugar de expresión en su obra.
El trabajo artístico que realiza en Nueva York es expuesto en marzo de 1953 en la Sede de la Unión Panamericana en Washington DC. El éxito de esta exposición le permitie conseguir una segunda beca de la Fundación Henry L. and Grace Doherty, esta vez en Europa.
La posibilidad de tener una experiencia vinculada con lo americano y asuntos prácticos como el vencimiento de su visa y el alto costo de la vida en Nueva York, lo motivan a planear un viaje a México entre los meses de mayo y octubre de 1953.
En México trabaja principalmente en óleos, ducos y piroxilinas, además de conocer nuevas técnicas de serigrafía. En esta breve etapa, estéticamente agranda las extremidades de las figuras, rebaja el color y pone una nota trágica a su obra. La deformación plástica y las tintas oscuras con melancólicos acentos, materializan su intención de expresar sus pasiones.
Los primeros días de septiembre se dirige a Veracruz, desde donde zarpa con destino a Barcelona el 19 de septiembre de 1953 en el barco Francisco Morosini. Luego de pasar por Houston el barco hace una escala en Nueva Orleans. El sábado 3 de octubre de 1953, y aparentemente como forma de eludir el control aduanero estadounidense que no lo deja bajar a puerto por no contar con visa norteamericana vigente, Carlos Faz salta del barco al muelle. Desafortunadamente cae a las aguas del río Mississipi y muere ahogado a los 22 años.

Carlos Faz ha permanecido en el trasfondo de la historia plástica nacional. Su muerte prematura truncó el desarrollo de su obra, la que se mantiene como un testimonio disperso de una vida dedicada al quehacer artístico. Pintor prolífero, Carlos Faz ensayó diversas corrientes pictóricas y entendió su obra como “el instrumento del pensamiento de una clase, de una sociedad”.
Es por esto que las claves que mejor permiten entender su vida, su pensamiento y su talento se encuentran en su propia obra.