Ramón Díaz Eterovic: La ciudad está triste. Por Rebeca Villalobos C.

 

Ramón Díaz Eterovic: La ciudad está triste
Lom, 2000. 78 páginas
$. 4400

 

Por Rebeca Villalovos

El autor con esta novela nos invita a conocer el apasionante mundo de la investigación privada, esta es su primera novela, de una saga de creaciones literarias referidas al tema. Es ópera prima que lo inspira a  crear a lo menos diez libros del mismo estilo, con mucha aceptación de la crítica, y de los lectores aficionados a los temas de suspenso y detectives.

El escritor de Magallanes nos presenta a su personaje Heredia, un anónimo investigador privado a través de una contundente y corta novela, que, sin embargo, en su ágil relato, nos involucra  en la trama de sucesos que ocurren en el Santiago de los años ´80 y ´90.

Todo ocurre en la ciudad, donde cuyos habitantes están ajenos a la trama dolorosa y brutal que la dictadura militar urde a través de un comando conjunto, especialmente creado para  reprimir a los ciudadanos que se oponen a sus pensamientos políticos.

Marcela Rojas recurre a Heredia para encontrar a su  hermana Beatriz, estudiante de Universitaria, producto de este encuentro, asume un  trabajo que el investigador que no acostumbra a realizar, así va descubriendo una realidad de Universitarios desaparecidos, asesinados, degollados, torturados. Compañeros de la estudiante, cuyo nombre o chapa de militante, era América.  Sus familias quedan devastadas por esta realidad.

Heredia a través de Ponny Herrera, aficionado a las carreras de caballos, habitual del bar el Zíngaro, logra internarse en el sórdido mundo del Santiago nocturno, con  cabarets,  prostitutas,  donde los agentes represores, se solazaban en el placer, encubriendo a través de la música estridente, sus diversas formas de represión, pese a que la ciudad se dormía temprano con el toque de queda.

El autor, a través de su protagonista, manifiesta una sensibilidad ante esta realidad, la que se consolida con la ayuda de Dagoberto Solís, detective del servicio de investigaciones donde Heredia estudió un tiempo.  No se conforma con haber aclarado los crímenes, al contrario, no descansa hasta hacer justicia con ayuda de su amigo eliminando en dos espectaculares acciones a todos los agentes que participaron en la matanza.

Siempre me ha gustado este género literario, en esta ocasión es más atractiva la novela, por tratarse de relatos con personajes desconocidos, viviendo hechos que ocurrieron.  Lo más que me impactó es que en este caso el autor apela a la verdad y a la justicia , como una necesidad de cerrar heridas y círculos dolorosos dañinos, para la vida  personal y social de un país, preservando así la buena salud física y mental de los afectados.