Pedro Mairal: El Subrayador. Comentario de Camilo Zanetti

Pedro Mairal: El subrayador
Libros del Laurel, 2014
$10.000

Por Camilo Zanetti

A veces, sin previo aviso, nos vemos sorprendidos por una ráfaga de estímulos. Puede ocurrir en cualquier lado y de cualquier forma: un olor que inmediatamente evoca las mejores imágenes de un recuerdo o  etapa de la vida. El pan amasado, cierto tipo de planta, olor a pintura, fachadas continuas que se descascaran en el barrio. Ese buqué de marihuana que llega de imprevisto y nos transporta a los pastos de algún parque clásico para nuestro inconsciente.

Sensación de nostalgia y sentido de pertenencia. Algo así me pasa con este libro de Pedro Mairal. Lo que voy leyendo me hace añorar lo que estoy viviendo ahora mismo, mi presente. A través de una gran conciencia del espacio que implica el cotidiano y una hábil contemplación sobre el lenguaje, sorprende con detalles hermosos.

Hablando sobre Maradona por ejemplo, que usa el dativo ético como “una manera de subrayar una participación afectiva” cuándo este le dice a Palermo en un partido contra Grecia, “definímelo”. Mairal nos invita de copilotos para ensayar sobre la importancia de entender ese flujo que es el lenguaje. Un médico se que hace hincha de San Lorenzo por que se le muere un tipo en los brazos, la conversación de dos trabajadores de un surtidor de combustible camino a Uruguay, un viaje en taxi yendo a dejar a su hijo al colegio. Ideas que van entretejiendo con los rostros más comunes, con el peso que ejerce la conciencia de ser escritor, o muchas veces, tan solo un ciudadano. El subrayador, columna que da título a este libro, es un experto para dar en el clavo, pero de esos que lo hacen tomando el bondi, pidiendo un café cortado con medialunas o marcando con lápiz azul lo mejor de esa expresividad que habita en nuestras maneras y costumbres.