Marcelo Mellado: Madariaga y otros. Por Joaquín Escobar

 

Madariaga

Marcelo Mellado: Madariaga y otros
Penguin Random House, 2018
180 páginas
$12.000.

Por Joaquín Escobar

Madariaga es un colectivero de San Antonio que conoce como pocos su región. No solo las calles y los recónditos caminos por los que traslada pasajeros en su destartalado Lada, también, los vericuetos de la vida local, la corrupción del pequeño burgués, la doble vida de los profesionales de la zona. Por su sapiencia sobre la ciudad y sus habitantes, Madariaga es contactado por viejos amigos –por lo general excompañeros del Partido Comunista– para infiltrarse en mafias locales, convencer a dirigentes pesqueros e interceder por desesperados padres. De aspecto y mentalidad muy similar a la del Detective Heredia –de hecho, ambos viven con un gato–, el colectivero siempre logra conseguir el objetivo que le asignan, colándose en clases de yoga o en fiestas privadas de la politiquería local, buscando formas de solucionar problemas que pocas veces tienen relación con su silenciosa vida. Madariaga –que estuvo preso en Tejas Verdes– es un otro, mudo, confiable, que funciona como un archivo de la ciudad; es la memoria que registra vivencias y que se traslada acumulando experiencias. Es el icónico personaje de pueblo, que jamás tendrá reconocimientos ni prensa, pero que les da identidad a comunidades alejadas del centralismo.

Sobre Madariaga trata la primera parte del nuevo libro de Marcelo Mellado. Un texto entretenido, controversial, novedoso, que a su vez se divide en dos secciones más. En la segunda, hallamos cuentos protagonizados por distintos personajes que observan en la supuesta quietud de sus ciudades, las distintas formas en que se puede presentar el caos. Desde un gallo que despierta a todo el vecindario con sus acalorados gritos, pasando por una fallida junta vecinal, hasta la desaparición de dos universitarias que viven en un extraño edificio. La gran mayoría de los personajes de esta segunda parte, están huyendo, escapando de algún lugar y trasladándose a remotos parajes en donde la naturaleza tiene una función primordial. Tal es el caso de un hombre que, desterrado por su familia, pretende armar un bar itinerante que deambule por sitios alejados de toda urbanidad. En la tercera parte, asistimos a un Chiloé delirante comandado por piratas mapuches, que parecen salidos de una extraña fusión entre el Caleuche y las novelas de Emilio Salgari. Mediante acciones vandálicas, y asociados con exploradores europeos, controlan la isla a través de mafias que  raptan mujeres y se apropian de los recursos naturales.

Madariaga y otros es un libro necesario, recomendable, en su solidez quiebra los esquemas de cierta narrativa chilena contemporánea. Además de finales desopilantes que nunca giran hacia el rumbo esperado, hay una escritura pulcra, de frases largas, que no admite errores, y que es totalmente identificable con Mellado; un sello propio, cargado de marcas, que lo erige como un excelente retratista de cierta politiquería chilena oxigenada de vulgaridad. El autor lo acusa, al igual que en sus libros anteriores, con una sorna cargada de ironía.