Latitudes. Poesía mexicana actual: Ingrid Solana (Oaxaca, 1980)

INGRID SOLANA

Escritora nacida en Oaxaca, México en 1980. Es egresada de la licenciatura y la maestría en Letras de la UNAM, donde actualmente cursa un doctorado. Ha impartido clases en diversas universidades mexicanas, como la UNAM, el ITAM y la Universidad Panamericana. Sus cuentos, reseñas y poemas han aparecido en publicaciones como Literal, Contrapunto, Punto de Partida, Casa del tiempo y Andamios, entre otras. Ha publicado dos libros de poesía: De tiranos (Limón Partido, 2007) y Contramundos (Instituto Mexiquense de Cultura, 2009), así como un libro de ensayos literarios titulado Barrio Verbo (Tierra Adentro, 2014).

 

 

 

 

No more tragedy

Un hombre ama. Su mujer prepara atole todos los días.

Él, a veces, la mira dormir. Ella es apacible.

Tienen una casa blanca con el techo inclinado.

Pronto vendrán las lluvias.

 

Una mañana:

el hombre sube al techo: impermeabiliza: resbala: cae: muere:

ella desayuna sola al día siguiente: afuera:

nada desplaza las hojas del bambú crecido.

 

 

 

 

Desencuentros

Nada sugería el posible encuentro con los objetos a  través  del papel. Los signos permanecían lejanos. Su identidad arbitraria eludía las cosas. Apenas si rodeaban las presencias. Resguardados por los nombres permanecemos en ellos a la manera de una montaña que ampara el campo. Partimos de la amplitud, encarnamos lo minúsculo.

 

A lo lejos se pueden contemplar los caballos atravesando la lentitud. Trotan sobre un festín verde. Se puede consignar el movimiento aunque los caballos pasean la nulidad y hablan el idioma de lo silencioso.

 

 

 

 

Retratos del pasado

Recuerdo aquella tarde,

la mirada herida por la carretera entre las rocas

los carroñeros surcando los cadáveres imaginarios,

mi vida entre mis padres adelante compartiendo mandarinas,

y aquel siseo de promesas vestido

con el calor de algo semejante a casa.

¿Qué es casa?

Quizá los instantes en los que me fundía con el paisaje seco,

tal vez aquel auto que surcaba los cerros con su velocidad precisa,

mi voz muda estancada en la visión.

Y ahora, cierro los ojos, sostengo esa demora,

Los recuerdos de la niñez enturbian

mi percepción de los instantes.

 

 

 

Cadáver

Que termine la vida.

Todos los segundos en los que miro el espejo

y dejo de ser.

El instante que transcurre al escribir y me deja.

La mirada de una fotografía en la que nunca más

volveré a reconocerme.

Escribo que dibujo mi muerte

en todas las lápidas que he visitado

para encontrarme con los muertos

que ya descansan mudos.

Estallan las jacarandas mientras escribo.

 

La vida/la muerte.

Tanto silencio. Tanto da.

 

 

 

 

Escribo la muerte

Dice mucho el no poder escribir. Dice más no escribir que escribir. No escribir no es el verdadero desastre.

Escribir es una manera de impacientarse, de dejarlo a medias, de fracasar.