LA LLAMA DE LA POESÍA QUEMARSE. Por FRANCISCO GARAMONA
Francisco Garamona nació en Buenos Aires en 1976. Ha publicado 30 libros. En Chile se consiguen 3: Un gabinete móvil y otros poemas, Ediciones Cuneta, 2010; La cobra rubia, La calabaza del Diablo, 2012 y Nuestra difícil Juventud, Libros del perro negro, 2012. Es editor, librero y músico. Sus discos discos se pueden descargar o escuchar online en www.garamona.bandcamp.com .
El poema que presentamos es inédito.
LA LLAMA DE LA POESÍA QUEMARSE
Golvent lo mirará todo por la pantalla del Nintendo
Susan amasará una pasta que empobrece
Remedios cubrirá a sus plantas invernales
Y los amigos horizontales seguirán surgiendo del lecho,
Entre una rama rota y otra sana
Crece una alegría devoradora.
Un chico loco y una chica loca
Cuando crecen se enamoran
Una planta se desenrolla
Desde sus pies a sus cabellos.
Giordano, no lo leas
Paolo píntalo sobre las prendas de un santo
Paulo písalo
Teodoro plácelo.
Un chico loco y una chica loca
Cuando están más locos aún se casan
Y tienen muchos chicos locos
Que al final se olvidan
La vida dijo el Dr. Alposta
Es un poco de alpiste y bosta.
–¿Te acordás de cuando nos pegaba el porro?
–¿Y cuando las drogas nos daban hambre?
Vomité en un pescado disecado.
Mi madre lo vio, era verano,
Ella usaba unas chinelas inaudibles
No la oí llegar, pero era ella.
La poesía Golvent se entrena
Y lo único que debe es ser buena,
No porque se deje acariciar,
No porque persiga un sueldo digno,
No porque quiera agradecerle
Al arma desenfundada que no mate,
¿Nos entendemos?
Uccello pintó unos caballos
Y los dejó morir de hambre de pintura.
Muchacha y muchacho,
Locos ambos,
Cuando grandes se destruyen
Y para peor tienen nietos
Y los nietos tienen hijos,
Los hijos también se mueren:
La muerte los acompaña.
Golvent hay hartazgos,
Un panal que no da miel,
Y leche de vaca agria,
Una cabra robada por un peón llamado Villaroel,
Una camisa de fuerza.
Los chicos, si están muy locos,
Se enamoran, se casan, se olvidan, se hacen daño,
Aunque siendo locos saben
También disimular.
Los amigos horizontales hablan por teléfono
Se cuentan secuencias de maullidos.
Cuando crecen se enamoran, se desdicen, se niegan
Buscan esa piel de gato que perdieron.
Vi una película en enero
No la puedo recordar,
El calor era un brasero.
Amantes occidentales,
Lluvias ácidas, capelinas que el viento ordena,
Bombachas de tajamar.
Golvent, ¿viste al gladiolo brotar?
¿Viste a la alpaca llorar?
¿Viste a la perra perrear?
¿Miraste a un ñandú en el campo
Cómo se atoraba el pescuezo
Tragándose una arandela
De un indio policcinela?
(¿Viste algo de todo esto?)
Cuando los chicos son grandes
Se enamoran
Y si lo hacen de chicos,
No se olvidan.
Pensá una puta vez en lo que nunca pensaste
Y decime entonces qué se siente.
Los soldados del imperio
Se hablan por largas horas
En teléfonos maltrechos
Con baterías deshechas.
No pueden olvidarse,
Se enamoran.
Mi madre cría un helecho,
Occidente y sus desechos,
La posición de este planeta
Es injusta y bajo sus techos
Muchos mueren de hambre
Y otros tantos de vergüenza.
–Golvent dijo que no se le ocurría nada
y empezó a nombrar mujeres–:
Estefanía Marita La brujita Verón
Kadhafi La príncipe Charles
La novia de Baudalaire,
(La novia y el novio)
Cuando son grandes y locos
Muchas veces se enamoran
Y dejan a sus novios y novias
Y se casan. Y también, a veces,
Tienen hijos y esos hijos tienen hijos
Y ellos, así, son abuelos.
Clementina Medicis,
Jennifer Gianina Yenkins,
¿Te acordás de ella,
La hija de mi psiquiatra?
Me dio drogas para que no tome drogas,
Me dio cañas para que deje la marcha,
Me dio un submarino para que abandone mi barco helado,
Entablilló mis manos y mis muñecas rotas.
Marta Argerich hoy toca el piano
En las arenas de un circo
Fantasmas que la hicieron reír de noche
bajo un sol eterno, lleno de estrellas de invierno
Vírgenes estrellas que la vieron desde abajo.
Los chicos que están solos se buscan entre la nieve desnudos,
al final del arcoíris, Golvent, aprendelo.