Juan Cristóbal Romero: Apuntes para una historia de la poesía chilena. Por Gabriel Zanetti

9789563790085

 

Juan Cristóbal Romero: Apuntes para una historia de la poesía chilena
Ediciones Tácitas, 2017
120 páginas
$12.000

Por Gabriel Zanetti

De adolescente pensaba que solo en mi casa se contaban historias de poetas en la sobremesa, felizmente me enteré que esta actividad era un bajativo habitual en algunas familias. Eso, en primer lugar, me hizo pensar este libro, un compendio que recuerda La soledad del lector de Markson, una especie de novela que esboza ese cahuín con aspiraciones a mito que rodea el concepto “la poesía chilena”, tan sospechosamente patrimonial.

Este es el trabajo de un escritor atentísimo a datos, anécdotas, declaraciones, curiosidades, relatos que se suceden y se reagrupan como bola de nieve generando un misterioso efecto narrativo:

“En opinión de Borges, el primer verso del cuarto canto de La Araucana es el más mal escrito en lengua castellana.

Alguien.
Sinónimo de Gabriela Mistral.

Lorenzo Rivas.
Seudónimo de Pablo Neruda.

Cuán buena es la justicia y qué importante.

A Andrés Bello se le reconocer el descubrimiento de las leyes de los diptongos.

Violeta Parra dominaba los acordes de guitarra, aunque desconocía cómo se llamaban.

Muera la reflexión, el pensamiento, la idiotez.
Gritó Jorge Teillier en una Sala del Instituto Chileno Norteamericano mientras Raúl Zurita hablaba de la reflexividad en la poesía de Carlos Cociña.”

De este modo Juan Cristóbal Romero entrega un libro difícil de definir. Probablemente una novela cuya forma también plantea la ficción que puede constituir “la historia de la poesía chilena”, que es una suerte de supernovela oral a la cual Bolaño, probablemente, fue el primero en prestarle oreja como material, para la dura tarea de la representación. Por supuesto, todo es discutible. Salvo que este libro es adictivo, se lee compulsivamente incluso en grupo –comprobado– genera ronchas, risas, y a ratos total desconcierto:

“Estamos acostumbrados a un lenguaje directo y, en cierto modo, lacónico. Se dice lo que se tiene que decir con el menos número posible de palabras. Nada se insinúa. Las frases son la expresión directa de lo que pensamos. Y en ese estilo está absolutamente de más todo adorno retórico.
Señaló Augusto Pinochet acerca del estilo militar.”

Que cada uno saque sus conclusiones.