Belén Gopegui: La Negativa y Otras Distancias. Por Natalie Sève

Tapa_LaNegativa Final imprenta

Belén Gopegui: La Negativa y Otras Distancias
Bastante, 2015

47 páginas
$8.500

Por Natalie Sève

 

La Negativa y otras distancias compone un título que podría insinuar un halago al statu quo y que resulta ser lo contrario; un breve y conciso elogio a todo lo que se mueve. En estos cuatro relatos cortos y artículos publicados entre 1996 y 2015, nada permanece quieto. Ni los ojos de la autora que buscan para sí misma material para futuras conjeturas, ni tampoco el ruido interior de los personajes de los que pareciera poder escucharse lo que piensan, ven, deciden, y niegan.

En el primero de los relatos, “La Negativa” (texto inédito) la voz de Belén Gopegui se pone en movimiento hasta el extremo de que los personajes proponen una idea y con frecuencia inmediatamente esbozan lo contrario. “No siempre se gana o se pierde. Esta batalla la hemos ganado y, al mismo tiempo, la hemos perdido. Sé que tiene poca épica” explica María, una joven luchadora y perseverante al protagonista del relato. Ambos quieren optar, para luego actuar, pero dudan porque se entregan al juego de abrir opciones y  luego no ser capaces de decidirse por una, ya que tomarla es dejar todas las otras. Esta es, a mi entender, la negativa que con sutileza urde Gopegui como fondo del relato:  la decepción de decirle no a todo lo que no sea aquello que se escoge .

Además de María en “La Negativa”, en “Hace tiempo que te sigo” y “Tu boca punk“, la autora abre su admiración hacia los intrépidos que hacen de la coherencia su forma de vida, a los que hacen de la crítica o el ideal la motivación y el reflejo de sus acciones. Y aunque es cierto que el último de los textos trata con algo de fascinación la ultra revisada figura de Patti Smith, ¿qué otros huesos famosos pueden hoy por hoy parecernos más duros de roer y consecuentes que los de ella?

La distancia con la que Gopegui observa es mínima, solo la necesaria para hacer enfoque entre ella y el hecho observado. Sin avergonzarse, se introduce en los acontecimientos y los relata con una prosa que pareciera cambiar de forma tan pronto es leída, creando una serie de relatos y artículos que no permanecen sólo en lo que quieren decir, sino que poseen el dinamismo de la buena literatura. Sin proponérselo, describe lo que ocurre con su propio libro en las líneas de “Una Exposición”: ‘Una buena obra siempre multiplica los significados, la red de relaciones que concibió el autor’.

Como imagen de portada de La Negativa y otras distancias se nos presenta un árbol negro, flotante y sin arraigo, negando su color y movimiento, pero la savia de estos textos cortos fluye con tal movilidad al leer cualquiera de ellos, que son la afirmación de que las historias contadas desde el centro siempre nos ofrecen cercanía.