Entrevista RL a Marta Sanz, ganadora del Premio Herralde 2015

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Marta Sanz (Madrid, 1967) es doctora en Filología. Ha publicado las novelas El frío, Lenguas muertas, Los mejores tiempos (Premio Ojo Crítico 2001), Animales domésticos, Susana y los viejos (finalista del Nadal en 2006), La lección de anatomía (2008), entre otros. En 2007, publicó Metalingüísticos y sentimentales, antología de poesía española contemporánea, y recibió el Premio Mario Vargas Llosa NH de Relatos. Es autora de tres poemarios: Perra mentirosa, Hardcore y Vintage. Este año 2015 obtiene el Premio Herralde de novela por Farándula.

¿Qué supone para ti ganar el Herralde?

Un estímulo, tener la posibilidad de llegar a más lectores, consolidar una trayectoria, dar el salto a América Latina, saber que me respalda un editor mítico que sigue comportándose como un editor, tener la convicción de que debo seguir trabajando, experimentar el orgullo de formar parte de una nómina de premiados que no es cualquier cosa…

¿De qué se trata Farándula?, ¿qué lecturas marcan su escritura?, ¿cuánto tardaste en escribirla?

Farándula trata del oficio de los actores. Los actores como metáfora de la brecha de la desigualdad, de la unión del glamour prestado de las alfombras rojas y de la precariedad diaria de una profesión con más del 90% de paro (cesantía) en alguno de los picos de la crisis. Trata del desprestigio de la cultura, de la posibilidad de que el arte pueda comprometerse desde un punto de vista político y del miedo a perder un sitio en un momento de la historia en el que el tránsito de lo analógico a lo digital nos hace viejos de golpe. A nosotros y a nuestras ideas. Hace una crítica de la ideología de Silicon Valley, de las falsas libertades internáuticas y de su conexión con el neoliberalismo más cavernario. Del significado de la palabra gente y de la palabra público. De la necesidad de rescatar vínculos fuertes, corpóreos, violentos, más allá de la protección de las pantallas de plasma que nos ofrecen la posibilidad de retirarnos cuando nos sentimos demasiado expuestos.

Las lecturas que marcan Farándula son satíricas, porque es una novela borde y divertida que suena como una tiza contra la pizarra. Conecta con otras dos novelas mías que también hacen de la risa un modo de expresar el descontento y la indignación: Animales domésticos y Susana y los viejos. Tardé un año y medio en escribirla, aunque posiblemente la llevaba escribiendo hace muchísimos más años.

¿Qué lugar ocupa este libro en tu proyecto literario?

El regreso a la ficción después de la reescritura de una novela explícitamente autobiográfica. El regreso a la crítica social a través del humor más alimonado. El tratar de ponerle nombre a lo que nos sucede a todos o, al menos, a muchos de nosotros.

¿Tiene nombre tu próximo proyecto? ¿De qué tratará?

No, no tiene nombre. Es posible que trate de las enfermedades femeninas, del dolor de las mujeres, del dolor en general, de cómo lo físico se relaciona con los psíquico y de cómo ese dolor, esa angustia y esa enfermedad se relaciona con la injusticia social.

De qué preocuparse y de qué no…

Yo me preocupo de los que dicen que no hay que preocuparse de nada y que la crisis es una oportunidad de crecer. Me preocupa el daño que produce el “pensamiento positivo”. Hay que preocuparse, tener miedo, cabrearse y procurar cambiar las cosas para paliar nuestro dolor y nuestro malestar. Y podemos hacer todo eso riéndonos a mandíbula batiente, poniéndole nombre a las cosas, pero no convirtiendo los problemas en eufemismos o en masas invisibles.

 

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En «Narrativas hispánicas», Marta Sanz, una de las escritoras españolas más prestigiosas, ha ganado el Premio Herralde de Novela con Farándula, donde se adentra en el mundo y el mundillo del teatro y del cine en nuestro país, en un texto borde, divertido, triste, puntiagudo, urgente, a su personalísima manera: ya Chirbes escribió hace poco sobre “su estilo ágil, su inusual habilidad para retratar situaciones y para penetrar en la psicología de los personajes, y su fino oído para capturar la lengua hablada con vivacidad admirable”. (Fuente http://www.anagrama-ed.es/)

 

Fotografías ©Álvaro Ramos