Cristian Foerster: Balada. Entrevista RL

Entrevista RL

¿Qué libros marcan las escritura de Balada?

Para responder a esta pregunta primero tengo que contarte cómo fue escrito Balada. Hace unos tres años estaba empantanado con mi tesis de magister, la prosa no me fluía y encontraba que todo lo que escribía en ese formato era torpe y tosco. Una dia se me ocurrió la idea que para salir del atolladero debía imponerme el siguiente ejercicio: escribir todo lo que pasara por mi mente, sin ejercer un juicio de valor estético o literario. La única regla es que debía ser en prosa y estar escrito, para mis estándares, de la mejor manera posible. Este ejercicio me acomodaba mucho, ya que pasaba largas horas frente al computador tratando de avanzar en la tesis. En realidad lo que hacía era procastinar: ver videos en YouTube y recorrer a la deriva Facebook. No recuerdo si fue antes o después de autoimponerme este ejercicio, que di con El peso del mundo de Peter Handke, libro que fue escrito bajo un procedimiento bastante similar y que de algún modo me instó a seguir dándole. Por esa época también vi Enter the void de Gaspar Noé y leí Buenos días, buenas noches de Pedro Montealegre. Creo que ambas obras marcaron mucho el tono base de Balada, que en esa época era simplemente un tipo de ejercicio inconsciente de sanacion y despedida de una forma de vida. Pasó un año, pude terminar mi tesis y, entremedio de un torbellino de cosas, alcancé escribir bajo ese impulso unas 200 páginas. Luego de un tiempo me atreví a mostrar una primera versión (de unas 60 páginas y que se llamaba Atlas de la memoria, en honor al Atlas mnemosyne de Aby Warbug) en el taller que hacemos con varios amigos. Después de esa sesión y los esclarecedores comentarios que me dieron, asumí el potencial literario que tenía esa escritura y le fui dando forma durante un año aprox, acotando cada vez más su volumén e intensificando su densidad imaginativa y flujo rítmico. Por ese año leí El paraiso está vació de Raúl Zurita, que siento, me ayudó mucho a afinar ciertos detalles en la construcción de imágenes y en su hilación caótica, junto a mi relectura del Diario de Eleusis de Arnaldo Calveyra. Además, el libro está plagado de otras referencias: a las artes visuales, al cine, al anime, al manga, al budismo, a los videojuegos, a la música folk, al rock, y a mis sueños y recuerdos de la infancia y adolescencia, entre otras referencias que hasta yo desconozco. Es de toda esa majamama de lecturas y referencias de lo que se nutre Balada.

 

¿Qué dijo tu editor o primer lector cuando leyó los manuscritos?

No recuerdo qué dijeron. Supongo que algo les habrá gustado o llamado la atención. Pero si recuerdo algunos comentarios que me ayudaron a convencerme de que iba por buen camino. Mi amigo Rodolfo Reyes, me dijo que cuando leyó Balada habían partes que quemaban. Siento que ese comentario es uno de los mas generosos que han hecho de algo que he escrito. Para mí, si una escritura logra transmitir una sensación corporal concreta garantiza su valor, por minúsculo que sea, ya alcanzó a traspasar la frontera de la página y adentrarse en esa selva caótica que es la realidad. Otro comentario que me sirvió mucho fue uno que me dijo Gabriel Zanetti, luego de haber corregido toda una tarde, entre chelas y puchos, lo que iba a ser Balada, un texto parecido a un viaje en LSD o San Pedro.

 

¿Qué lugar ocupa este libro en tu proyecto literario?

No sé muy bien que lugar ocupa, sobre todo porque no considero que tenga un proyecto literario tan claro y planificado como lo tienen otros escritores. En general, escribo sobre los temas que me apasionan o sobre lo que estoy investigando. Estos temas y/o pasiones pueden cambiar rápidamente, en los últimos dos años, por ejemplo, he pasado por la danza, la escalada, el paisaje chileno, su geografía, el cine-ensayo, las relaciones de pareja, las mujeres, el misterio del amor y ahora estoy pegado con el cambio clímatico y la sensación de apocalipsis generalizado en que vivimos inmersos. Lo que si, al escribir Balada asumo como propia una de las tantas enseñanzas que me dejó mi maestra Guadalupe Santa Cruz: que la escritura es un ejercicio y práctica que trasciende los géneros y cánones literarios, al tratarse de una materia que se rebela contra las formas que intentan encauzar sus pulsiones. En otras palabras, con Balada me di cuenta que lo que me interesa no son tanto escribir poemas o algún género literario en específico, sino la escritura como una extensión del cuerpo, de sus sensaciones y visiones y temblores.

 

¿Tiene nombre tu próximo proyecto? ¿De qué tratará?

Aún no tiene nombre ni sé bien de qué tratara, pero lo que si sé es que me gustaría que hablara del fin del mundo, de la crisis medio ambiental, de los incendios de la Amazonia y Chiquitania, y de cómo la humanidad occidental y de la que Chile lamentablemente forma parte, al olvidar su condición animal, ha ejercido una violencia sin precedentes contra el planeta y lo demás vivientes. También sé que su formato será un híbrido extraño entre novela-ensayo-diario de sueños-poema, que será atravesado por todo tipo de listas. Hay un listado en el que ya estoy trabajando: el de las cosas que no alcanzamos a despedirnos. Mientras escribo pienso en el fin del planeta, en el arrasamiento inminente de todo lo que conozco, en mi muerte y la de mis seres queridos y me concentro en todas las cosas de las que debería haberme despedido. Creo que tras esa concentración se genera un efecto de realidad que conduce a la escritura a la contingencia con que me interesa  trabajar.

 

De qué preocuparse y de qué no…

Preocupémonos de estar sanos mental, física y espiritualmente. Bailar al menos una vez a la semana. Respirar pausadamente. Disfrutar cada detalle. Intentar ser buenas personas, dosificar los egos, cortar con el machismo y luchar de la forma que sea (sobre todo pensando colectivamente creo yo) por mejorar las condiciones de vida del ecosistema planeterio. Dejemos de preocuparnos de los cahuines literarios (que no dan para guerrilla en ningún planeta) y del reconocimiento. Esto puede ser pisarse la capa entre superhéroes, ya que  publicar un nuevo libro y dar una entrevista, como esta por ejemplo, supone el deseo de algún tipo de reconocimiento. Pero al menos intentemos preocuparnos lo menos posible de ello, que no nos consuma ni nos desvele.

¿Te sentiste cómodo escribiendo este libro?

Sí, fue una experiencia bastante agradable. Con Balada experimenté escribir sin expectativas y con (casi) total libertad, simplemente adentrándome en los juegos rítmicos y de la imaginación y viendo que salía de ellos. En general, salieron muchos monstruos de belleza, como bautizó Marcela Parra en su presentación a algunas de las imágenes que allí capturé. Es un libro, además, que por el momento no me molesta releer, ya que me sigue sorprendiendo aún habiéndolo releído hasta el cansancio.

 

El futuro de Chile ¿dónde está?

No se me dan mucho las predicciones, mi Yolanda Sultana interior enmudece ante este tipo de preguntas. Pero entrando en el juego, supongo estaría en que nos asumamos de una buena vez como latinoamericanos, y dejemos de aspirar a ser como Europa o Estados Unidos. También que cortemos con la economía extractivista (paradigma económico de toda la región, lamentablemente) e invirtamos en el desarrollo cultural, científico y de tecnologías verdes o ecológicas.

 

Algunos poemas de Balada en este link   http://concretoazul.cl/balada/?fbclid=IwAR0nb9BuW_hEz75JS1USGaM8BsG0haS9jphqkawXCR4XAM-rxahMyudJTgs