Manuel Vicuña: Barridos por el viento. Por Joaquín Escobar

 

Manuel Vicuña: Barridos por el viento
Taurus, 2020. 
238 páginas
$13.000

Por Joaquín Escobar

La prosa de Manuel Vicuña es de alto voltaje. Hay un cuidado estilístico que merece ser rescatado. En su escritura nada está deliberado al azar, por el contrario, todo está pensando y trazado sobre un mapa exacto que busca problematizar un espacio en el que presente y pasado se funden para describir un micro-mundo que podríamos definir como República.

Barridos por el viento es un libro compuesto por historias-bonsai que documentan parte de lo que fue y ha sido Tierra del Fuego. Mediante un texto alejado de lo pretencioso, Vicuña trabaja con diferentes géneros, realizando cruces entre historia, crónica, fábula, cuento, registro y archivo. Hay un ejercicio de hibridez que nutre al texto de un carácter distinto, valiéndose de diversas ramas escriturales para narrar historias que parecían olvidadas.

El título es tan solo un eufemismo para decirnos que los fueguinos fueron exterminados por el mal entendido progreso. Destruidas sus ciudades y costumbres, muchos de ellos fueron llevados hasta Europa y exhibidos en zoológicos humanos. Mediante esta horrorosa práctica se intentaba documentar la historia desde la perspectiva de los vencedores, estableciendo arbitrariamente la diferencia entre civilización y barbarie.

Escrito mediante fragmentos, el texto de Vicuña es un libro que interpela al lector sin usar panfletos. Acá hay una reivindicación de las civilizaciones exterminadas que se aleja de los lugares comunes, construyendo sus bases en los detalles históricos-literarios que diferencian a este libro de otros similares.

Los dos viajes del Beagle, una casi guerra con Argentina, los Selknam y sus rituales, las enfermedades mortales, los mitos de Puerto Natales, la fundación del puerto de Porvenir y lo inhóspito de un territorio que siempre se vio como ingobernable son algunos de los retratos por los que deambula este título. Un libro necesario que nos viene a recordar que en las formas cíclicas del pasado se construye nuestro presente.