Carla Mc Kay: Ángeles de pelo negro

 

Este martes 24 de septiembre de 2019 se lanza el primer libro de fotografías de Carla Mc Kay, Ángeles de pelo negro, de Ediciones Bastante. Será presentado por Óscar Contardo y Felipe Coddou,  junto a la inauguración de una muestra de su obra en galería aquí (Antonia López de Bello 0112, Bellavista).

 

Sobre el libro:

Mariana Enriquez

Las fotos de Carla McKay también son cartas de amor, cartas de una fan. Como las que escribíamos cuando el mundo era música y encontramos ese lugar nuestro y diferente en una tienda de discos, en un fanzine, bailando frente al espejo de nuestra habitación o en un grupo online. O cuando en el calor de un show y de la música extrema por fin sentimos que nos entendían, que alguien más vivía la misma inquietud y el mismo ardor que nos quemaba el cuerpo. Una hermosa incomodidad que obligaba a vestir de negro, a recorrer de noche la ciudad con voracidad y a usar remeras de la banda que nos llenaba el pecho. Que nos hacía buscar ese pantalón de cuero, esa cadena, esos borceguíes. No hay nada que explicar: nos vestimos así porque así nos sentimos por dentro.

            Hablo en plural porque yo tuve el pelo negro y sigo teniendo esas chaquetas y no le explico a nadie mi enojo ni mi daño ni mis amores obsesivos; así, arropada en mi mundo privado, puedo sentirme hermosa y dueña de un secreto. Miren a estos adolescentes. La chica de ojos delineados con la remera de Cannibal Corpse, tan desafiante como ingenua. El bello moreno con su flequillo, su remera de Death, su mirada de soslayo. La gloriosa chica con su enterito de leopardo en una escalera de Valparaíso. El chico delicado de muñequeras y uñas largas, seguramente músico, con su remera que dice hombre muerto caminando. Guardan un secreto. No lo cuentan porque solo lo comparten con quienes también lo llevan en la mirada, como contraseñas de estrellas oscuras.

 

 

Alejandra Costamagna

En las fotografías de este libro podemos ver cierta ruptura con las naturalizaciones sobre lo masculino y lo femenino. Pero Mc Kay va más lejos. Los retratados acá inscriben en sus cuerpos los estilos que se les antojan, más allá incluso de las convenciones sobre las llamadas “subculturas juveniles” o “tribus urbanas” (palabras que a Carla le parecen gastadas, que nunca usaría). Los protagonistas de estas fotos no andan disfrazados: ellos visten esas ropas, usan esos cortes de pelo, andan con esas pintas en la calle. Aquí hay metaleros, raperos, punkis, thrashers, skaters, ojerosos, góticos, emos, travestis, vampiros, transformistas, adolescentes con pinta de viejos, adultos con pinta de adolescentes, gente de negro y también (y cada vez más) de colores chillones, gente con gatos o con perros, emparejados o muy solitarios, en grupo o ensimismados en sus microuniversos, ángeles y demonios. Aquí hay, sobre todo, una mirada genuina que los ha reunido en los últimos años y ha captado sus rutinas en ciudades. (…) Carla Mc Kay está lejos, lejísimos de turistear en estos rincones: la captura de sus retratados es –y ella lo sabe bien– la prolongación de un mundo que es también el suyo. Acaso la única excepción de lo anterior la constituye un lote de fotografías tomadas durante una marcha zombi en Santiago.

 

María José Viera-Gallo

Lo que me fascinó de tus fotos la primera vez que las vi: el hecho de que nunca te sintieras superior a tus personajes, que los miraras con respeto y devoción, como quien observa un misterio sin lenguaje, y que al momento del chispazo o de la captura de la imagen los dejaras respirar, vivir su propia historia dentro de la foto.

¿Cómo decir te esto sin sonar sentimental? Tus fotos nacen del amor y no de la paranoia. Amor a la juventud, “divino tesoro”. Amor a calle. Amor a un color (el negro). Amor a la rebeldía sin causa. Amor a una actitud borderline, queer, metal, zombie. Amor al underground como una forma de resistencia y de festejo de otra vida. Lo que te despiertan esos chicos que decides fotografiar solo lo sabes tú. Y, créeme, es maravilloso que te lo guardes, que nos dejes fantasear libremente alrededor de tu ojo”

 

Carmen García

Con su cámara, Carla se apropia del mundo, lo dibuja a su antojo. Y en ese mundo la lógica es otra, la narrativa es diferente. Como si a través de su lente diera segundas oportunidades, reinterpretara realidades, eternizara momentos. Una juventud que queda para siempre cristalizada. Fotografías que son testimonio. Esto ha sido, diría Barthes. En cada fotografía, en cada retrato, se revela la vulnerabilidad a la que nos somete el tiempo. Porque los muchachos parecen querer escapar de él. Y ella los encuentra (o quizás ellos la encuentran a ella) para inmortalizarlos. Para dejarlos ahí, congelados en ese momento de eternidad. En esa tensión que representan. Entre la exposición y el ocultamiento. En esa tensión donde finalmente están más vivos que nunca.

 

 

Sobre la autora:

Carla Mc Kay (Rancagua, 1979) es fotógrafa y artista visual. Ha realizado exposiciones e instalaciones individuales, como C&P, Pop la patria y Goth, y participado en diversas muestras colectivas, como Fotoamérica, País Poniente y Cellar. Este es su primer libro de fotografías. Las 135 imágenes incluidas en él corresponden a un trabajo efectuado durante los últimos quince años, en los que retrató –eludiendo cualquier noción de disfraz– a jóvenes punkis, raperos, thrashers, skaters, góticos, metaleros, transformistas o góticos, en Valparaíso, Santiago, Ciudad de México, Oaxaca, Lima y otras ciudades latinoamericanas.